La adaptación cinematográfica en 'A Clockwork Orange' (La naranja mecánica)

De cualquier manera,
la razón por la que en la edición Norteamericana de la novela se dejara fuera
el último capítulo dependió en gran medida del mismo autor, ya que como él
comenta su publicista en Nueva York lo convenció de hacerlo para tener un final
en el que el ser humano pudiera ser un “model of unregenarable evil”3.
Lo que no es del todo claro es por qué Kubrick decidió basar su película no en
la versión inglesa de la novela –con los 21 capítulos- sino en la versión de
20, la que se publicó del otro lado del Atlántico, dejando a un lado el
simbolismo de mayoría de edad que Burgess pretendió hacer evidente con sus tres
secciones de siete capítulos cada una. Algunos afirman que fue una omisión inocente,
diciendo que el director leyó la edición incompleta, mientras que el mismo
Kubrick dijo que cuando se enteró de la existencia del último capítulo, el
guión –que él escribió- ya estaba prácticamente terminado; pero tal omisión ¿habrá
sido realmente accidental, o más bien parte de una reinterpretación del final
de la obra, una decisión deliberada del director para terminar su película con
un tono más oscuro? Y de ser el caso, ¿esto representa una traición a la fuente
literaria que sirvió como base para su filme?
Como lo menciona Thomas Leitch en su artículo Adaptation Studies at a Crossroads, muchos
autores de estudios sobre adaptación cinematográfica siguen viendo al cine en
función del libro, asumiendo que para que exista el primero le debe anteceder
la obra literaria y, más aún, que debe estar subordinada a ella. Así, tras
analizar varios estudios en relación al tema, Leitch se dio a la tarea de
obtener una serie de preguntas que se desprenden de ellos, algunas de las
cuales serán utilizadas para tratar de entender la relación entre la novela A Clockwork Orange y la película de
Kubrick.
La primera de estas preguntas es “Does the movie in
question betray its liteary source?”. Para muchos, la mera omisión del capítulo
final podría significar una traición de la obra primordial; sin embargo, antes
de emitir tal juicio es necesario considerar si la esencia del libro se
mantiene a lo largo de la película. En torno a la crítica que Burgess hace al
filme, comenta que
Si él [Alex, como la representación de un ser humano] sólo puede realizar el bien o sólo puede realizar el mal, entonces es un reloj mecánico con forma de naranja, que significa que tiene la apariencia de un organismo encantador con color y zumo pero que no es en realidad más que un juguete para ser usado por Dios o el Diablo o (dado que esto reemplaza cada vez más a lod dos) el Estado todopoderoso4.
Aquí, se observa que el título lleva implícito el
espíritu de la trama, ya que como el clérigo de la prisión menciona en el libro,
“When a man cannot choose, he ceases to be a man” (p. 93) y, por lo tanto, se
convierte en una naranja mecánica. En
la película, desde el inicio se muestra la voluntad de Alex para realizar actos
de violencia como una elección propia; esto se revela en primera instancia durante
la escena en la que, tras salir del Korova Milkbar, pasan por un túnel y al
escuchar a un borracho cantando, Alex comenta
–a través de una voz superpuesta- “I could never stand to see anyone like that,
whatever his age might be, but more especially when he was real old like this
one was.” Entonces, él y sus droogs
comienza a golpearlo sin piedad, haciendo aparecer el acto como algo entretenido
para ellos. A pesar de que esto representa un cambio respecto a la primera
escena de un ataque violento en la novela, donde ocurre con un “doddery starry
schoolmaster type veck, glasses on and his rot open to the cold nochy air” (p.
7), la esencia del acto se conserva e incluso, se hace más contundente en la
película, puesto que con el hombre viejo y alcoholizado existe una mayor
despliegue de crueldad al ser un blanco más fácil que el profesor cargando los
libros de la biblioteca pública.
Por otro parte, al escribir el libro Flame into Being: The Life and Work of D. H.
Lawrence en 1985, Burgess comentó:
Todos sufrimos por la voluntad popular de hacer notorio lo conocido. El libro por el que yo soy más conocido, es una novela que estoy dispuesto a repudiar: escrita un cuarto de siglo atrás, un jeu d' esprit destrozado por dinero en tres semanas, se hizo conocida como la materia prima para una película que parecía glorificar el sexo y la violencia. La película hace que sea fácil para los lectores del libro malntepretar su significado, y la mala interpretación me perseguirá hasta que me muera. No debí haber escrito este libro debido al peligro de una mala interpretación, y lo mismo puede decirse de Lawrence y El amante de Lady Chatterley.5
Por supuesto, el filme al que hace referencia es el
de Kubrick, haciendo evidente que para él “glorifica el sexo y la violencia”, y
que en consecuencia se desvía de lo que quiso transmitir en la novela –al menos
desde su particular punto de vista-. Por otro lado, cuando Alex es sometido al
tratamiento de Ludovico pierde toda
voluntad y es obligado a reprimir su esencia violenta, volviéndose una naranja mecánica, lo que ocurre tanto en
el libro como en la película. También en ambos casos el intento de suicidio le
regresa su esencia inicial, sólo que mientras en la fuente original el final
“gives the novel the quality of genuine fiction, an art founded on the
principle that human beings change”4 acorde a Burgess, en la versión
cinematográfica Kubrick concluye con una toma que encuadra el rostro de Alex
para luego presentar una escena de sexo mientras el protagonista piensa “I was
cured alright”, con lo que resulta evidente que él no cambia. Así, a pesar de que se conserva el espíritu de la
novela a lo largo de la película, podría decirse que Kubrick desecha la
intención del autor original para dejar un mensaje distinto, que podría
interpretarse como la imposibilidad del protagonista para dejar atrás su
naturaleza, provocada en gran medida por el entorno social. Entonces, aún si
esto representa una transcripción y reinterpretación de la novela, podría
decirse que Kubrick traiciona a la obra fuente al no dotar de un progreso moral
al personaje al final de la película, con lo que lo estaría dejando en su
estado de naranja mecánica.
Esto
da lugar a otra de las interrogantes de Leitch, que dice “Does a given
adaptation seek to establish itself as a transcription or an interpretation of
its source?” La transcripción, vista desde la perspectiva de la
transliteración, significa el “Traslado de las grafías de un alfabeto a otro,
de manera que cada una represente con fidelidad los fonemas correspondientes a
su respectiva lengua”6, en
donde lengua -para este caso- podría entenderse
como los dos diferentes medios de representación de signos, el escrito y el
cinematográfico. Como ejemplo
de esto, Leitch menciona “Brian McFarlane’s defence of Merchant Ivory’s The Europeans (1979) as ‘not so much
tinkering with James but rather suggesting another way of reading him ’”7.
Y en el caso de A Clockwork Orange,
¿Kubrick acaso sugiere otra manera de leer a Burgess? En este sentido, podría
decirse en general que sí, y no sólo por el final “prematuro” en la película,
sino también por la forma en que desarrolla la personalidad del protagonista y
algunas escenas de sexo y violencia, acentuando el humor negro a través de los
recursos visual y sonoro que le ofrece el cine.
Para empezar, en la novela Alex tiene quince años,
mientras que en la película parece mayor de edad a pesar de seguir teniendo
como principal ocupación, además de las rondas diurnas con sus compañeros, la
de estudiante; esto probablemente obedezca a una cuestión moral –como parte de
la cultura inglesa- que le impediría tener un actor menor de edad llevando a
cabo el tipo de actividades narradas en la novela. Esto también podría aplicar
a la escena en la que conoce a dos chicas en la tienda de discos para tener
sexo con ellas, ya que por un lado en la obra fuente se trata de dos niñas de
alrededor de diez años, y en la película dos muchachas de una edad similar a la
de Alex; por otro, en el contexto original son prácticamente violadas mientras que
en el filme consienten la relación sexual incluso en más de una ocasión,
apareciendo en una escena que más que provocar repulsión ocasiona risa. Así,
aunque sería posible incluir esto como parte de la respuesta a otra pregunta
que plantea Leitch (“Does the film depart from its literary source because of
new cultural or historical contexts it addresses?”), es posible decir que
Kubrick hace una reinterpretación al no mostrar que un hombre tan joven sea
capaz de los actos que distinguen a Alex y que son los que finalmente lo llevan
la cárcel.
Otro ejemplo de la manera en Kubrick lee la obra se
encuentra en la escena en la que tienen una pelea con la pandilla de Billyboy,
que en la novela ocurre a la vuelta de la planta de energía municipal mientras
que en la película se trata de una casino abandonado. Aquí, la adaptación
cinematográfica muestra una atmósfera teatral en la que arriba en el escenario
los muchachos de Billyboy están a punto de violar a una mujer, lo que
representa un cambio puesto que en la novela –una vez más- es una niña de diez
años. Además, la pelea se desarrolla prácticamente sólo con golpes mientras que
Burgess describe la escena con mayor violencia cuando Alex hace uso de su horrorshow cut-throat britva:
With my britva I managed to slit
right down the front of one of Billyboy’s droog’s platties… Then in the
dratsing this droog of Billyboy’s suddenly found himself all opened up like a
peapod, with his belly bare and his poor old yarbles showing… It was stinking fatty Billyboy I wanted now,
and there I was dancing about him with my britva… And, my brothers, it was a
real satisfaction to waltz –left two three, right two three- and carve left
cheeky and right cheeky, so that like two curtains of blood seemed to pour out
at the same time, one on either side of his fat filthy oily snout in the winter
starlight (pp. 19-20).
Kubrick representa de alguna manera este vals
utilizando como fondo la música de una ópera italiana del siglo XIX llamada La gazza ladra, haciendo del componente
sonoro un efecto importante para matizar la escena. Aunque es sabido que en la
obra fuente la música también es un elemento fundamental –ya que es lo que
inspira a Alex para llevar a cabo el arte
de la violencia- en la película reaparece de
forma distinta. Por ejemplo, en la parte en la que llegan a la casa del
escritor Kubrick usa como fondo la pieza Singin´
in the Rain que es cantada por Alex mientras hace una especie de claqué, y
que nunca aparece en la novela, dando con ello un mayor realce al acto de
crueldad en sí mismo y al humor negro que caracteriza al personaje. También
vale la pena notar que en esta escena no existe ningún elemento de metaficción,
puesto que no se revela lo que está escrito en la página de la máquina de
escribir que Alex simplemente tira al piso con todo y la mesa que la sostiene; con
esto, se elimina la anticipación de lo que ocurrirá después con el protagonista
y se ofrece al espectador una trama con menos complicaciones.
También resulta interesante mencionar que en la
película la obsesión sexual de Alex –como representante de su generación- es reforzada
a través de diversas imágenes fálicas y vaginales, mientras que en la novela es
más bien a través de los actos sexuales y el uso de ciertas palabras como
“yarbles” (testículos) e “in-out-in-out”. Para ejemplificarlo, basta decir que
al inicio de la cinta se hace un acercamiento del rostro del protagonista para
luego ir alejando la cámara y mostrar a los droogs
bebiendo leche con sus escudos protectores genitales entre varios maniquíes de
mujeres desnudas, que enseñan sin pudor su sexo y sus senos. Además, la máscara
que utiliza Alex durante sus ultrajes tiene una nariz claramente fálica; el
mural con hombres semidesnudos en la planta baja del edificio donde vive tiene
dibujados penes con gis blanco entre sus nalgas y bocas; su mascota, la boa
constrictor, dirige su cabeza hacia las piernas abiertas del cuadro de una
mujer desnuda en su habitación cuando llega al departamento por primera vez,
donde también se observa una figura de cuatro cristos desnudos, abrazados como
si estuvieran bailando; las chicas que conoce en la tienda de discos están
chupando paletas que emulan falos de manera sugestiva, y la mujer que asesina en medio de varios gatos es sometida
mediante golpes en la cabeza con una escultura de arte moderno, que por
supuesto tiene la forma de un aparato genital masculino.
Otro cambio relevante está constituido por la
frecuencia de uso de expresiones cuyo significado debe ser deducido por el
lector mientras recorre las páginas del libro y que, aunque aparece
representado en la película, no es tan abundante como en la novela,
especialmente al inicio. Este vocabulario –el Nadsat, que en ruso significa “adolescente”- representa uno de los
aspectos más llamativos de la novela no sólo por ser parte de un entorno
cultural específico, sino también por su origen, que en la mayoría de los casos
se relaciona con el ruso como se muestra en los siguientes ejemplos:
Palabra
|
Significado
|
Origen
|
Baboochka
|
Mujer vieja
|
Russian:
babooshka/grandmother
|
Bitva
|
Batalla
|
Russian:
bitva/battle
|
Britva
|
Navaja
|
Russian:
britva/razor
|
Droog
|
Amigo
|
Russian:
droog/friend
|
Kartoffel
|
Patatas o papas
|
Russian:
kartofel/potatoes
|
Krovvy
|
Sangre
|
Russian:
krov/blood
|
Malchick
|
Chico
|
Russian:
malchik/boy
|
Pletcho
|
Hombre
|
Russian: plecho/shoulder
|
Hasta cierto punto, parecería lógico que en la película no se utilice tanto puesto que el espectador de cine no tiene el mismo tiempo para procesar el significado de las palabras como lo puede tener el lector del libro; sin embargo, Kubrick pudo haber usado elementos visuales y sonoros para brindar al público el entendimiento de un vocabulario más amplio como lo hizo con algunos de los términos más frecuentemente utilizados en la novela. Adicionalmente, con esto tampoco orienta al espectador hacia el principal conflicto de la época entre el bloque occidental –Estados Unidos y los países de la OTAN- y el oriental –la Unión Soviética y los integrantes del Pacto de Varsovia-: la Guerra Fría, que se extendió desde mediados del siglos XX hasta 1991. Por ello, pareciera que el director y guionista de la película le restó importancia al uso de las galimatías –y por ende a su aspecto simbólico- para brindar mayor peso a la música de fondo y a los efectos visuales, con lo que logró no sólo que la obra fuera comprendida más fácilmente, sino también que tuviera una aceptación más amplia que el libro en esa época, ya que como dice Burgess en la introducción a su novela,
Publiqué por primera vez la novela La naranja mecánica en 1962, lo que debiera representar suficiente tiempo para que fuera borrada de la memoria literaria del mundo. Se niega a desaparecer, sin embargo, y por esto se debe responsabilizar a la versión fílmica del libro hecha por Stanley Kubrick... Parece que sobrevivirá, mientras que otras obras de mi autoría que valoro más se encuentran bajo tierra.8
La
amargura que se puede llegar a notar en esta afirmación nos dirige hacia otra
de las preguntas que Leitch hace: “If the movie transcends its original
literary source, does that source, however fairly eclipsed by the movie,
deserve closer consideration as interesting in its own right?” En el
caso de A Clockwork Orange,
evidentemente sí, no sólo por elementos como la jerga que utiliza o el último
capítulo que nunca aparece en la película, sino también por todo lo que esto
simboliza y que hace que la novela sea considerada una de las 100 mejores de
habla inglesa del siglo XX9.
1.
|
Elliot, Kamilla. “Literary Film
Adaptation and the Form/Content Dilemma” Narrative
across Media, Lincoln and London: University of Nebraska Press, 2004,
Print. 220-243.
|
2,3,4,8.
|
Burgess, Anthony, A Clockwork Orange Resucked, Estados
Unidos: W.W. Norton, 1986, pp. ix, xii, xiii.
|
5.
|
Burgess, Anthony, Flame into Being: The Life and Work of D.
H. Lawrence, London: Heinemann, 1985, p. 205.
|
6.
|
Beristáin,
Helena, Diccionario de Retórica y Poética, México: Editorial Porrúa, 2010.
|
7.
|
Leitch, Thomas, “Adaptation Studies
at a Crossroads”, Adaptation, Vol.
1 , No. 1, pp. 63 – 77.
|
9.
|
A Clockwork Orange
ocupa el puesto 62 según una lista de novelas publicadas en inglés desde el
año 1900 compilada por el consejo editorial de “Modern Library” de Random
House.
|
Obras consultadas:
Burgess, Anthony, A Clockwork Orange, Estados Unidos: W.W.
Norton, 1986.
|
Kubrick, Stanley, A Clockwork Orange Movie Script, 1971.
|
Sitios Web:
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